La crítica situación económica derivada de los efectos de la pandemia de coronavirus afecta a casi todos los sectores y produce resultados devastadores en la región.
Además de los bares, restoranes y hoteles de Paraná que debieron volver a cerrar este fin de semana, se suman los que no abren desde hace 90 días por imposición de las restricciones. En ese grupo se cuentan los dueños de los gimnasios y centros de entrenamiento que organizaron varias manifestaciones públicas la semana pasada para pedir la habilitación por parte de la Municipalidad y el gobierno provincial, hasta ahora sin suerte.
En el mismo segmento se ubican las canchas de futbol 5 que presentaron protocolos y propuestas de trabajo, pero no recibieron aprobación.
Tampoco pueden trabajar desde hace 90 días las escuelitas de fútbol infantil, cuyos docentes y directivos aguardan con expectativa un guiño del Estado para volver a los entrenamientos.
Eventos. En similar situación de desesperación e incertidumbre se encuentran los organizadores y trabajadores de eventos: disc jockeys, empresas de catering, músicos, y artistas en general que no saben cuándo podrán volver a trabajar.
La industria del entretenimiento y la diversión está sumamente complicada: los locales nocturnos y boliches bailables no abren sus puertas desde el verano y, en algunos casos, el personal ocasional no está cobrando sus sueldos.
Jardines. Los titulares, docentes y auxiliares de jardines maternales también están pidiendo la reapertura, una situación que parece lejana con las escuelas cerradas. Las academias de danzas y los talleres de todo tipo tratan de sobrellevar la situación a través de las clases virtuales, pero con suerte disímil. Se trata de emprendimientos que dependen del pago de la cuota de los alumnos y, sin ese ingreso, peligra la subsistencia.
Los peloteros y casas de cumpleaños infantiles no tienen actividades desde hace tres meses. Los locales están cerrados y el movimiento es nulo. Tampoco tienen fecha probable de reapertura.
Ayuda. En algunas ciudades entrerrianas, la salida de la cuarentena o su flexibilización parece más cercana. En Paraná, donde existe un brote reciente, la situación epidemiológica se ve complicada y las posibilidades de una normalización general, se alejan con cada nuevo caso.
Algunos de estos emprendimientos, con empleados registrados, accedieron a la ayuda del gobierno nacional a través del Plan de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). Trabajadores independientes con monotributo recibieron los 10 mil pesos del Ingreso Familiar de Emergencia o los Créditos a Tasa Cero, pero en general la mayoría no tuvo contención del Estado.
Los emprendedores se quejan de la falta de flexibilidad en la carga tributaria. Ni la Municipalidad de Paraná ni el Gobierno provincial redujeron las tasas o impuestos cuyos vencimientos regulares apremian a los contribuyentes en momentos de enorme zozobra.
Solo una moratoria nacional vigente ofrece facilidades de pago, pero con otra incertidumbre: cuándo volverán a trabajar para poder pagar ese compromiso.
De la redacción de Entremediosweb